martes, 27 de octubre de 2015

¿"Dragonera" o fiador?

A veces, en el idioma, se nos cuelan, como de rondón, de la mano de nuevas actividades o inventos, palabras extrañas que “españolizamos, sin saber que existen en nuestra rica lengua palabras ya inventadas y bien usadas con ese mismo significado.

El mundo de la marcha nórdica, con ser relativamente nuevo y venirnos de fuera, no es extraño a esta extendida práctica.  Así sucede con la palabra “dragonera” , que como veis, el diccionario de Word, valiente paladín que vela por nuestra lengua desde nuestros ordenadores, se ocupa con certera inmediatez en subrayar con esa ondulación roja que delata su falta de patente.

No sé si otros instructores de marcha nórdica, ajenos al mundo de la milicia, han sido capaces de explicar, como yo lo he hecho, el origen de este palabro, (palabra mal dicha o rara).  Sin embargo, toca hoy llamar a las cosas por su nombre y colaborar humildemente con nuestra RAE en aquello de limpiar, pulir y dar esplendor a nuestra lengua.

Con antecedentes en los “dimacos” macedonios de la antigüedad clásica, a partir del siglo XVI comienza a desarrollarse en Francia un tipo de Caballería que a veces echa pie a tierra para combatir, especialmente en la defensiva.  No se sabe con certeza si a causa de las figuras de sus primeros estandartes o por el mosquete utilizado, este tipo de caballería comenzó a conocerse como Dragones.  A principios del siglo XVII Gustavo Adolfo de Suecia desarrolló plenamente estas tropas, siendo imitado por casi todos los ejércitos europeos.

Según la Wikipedia francesa, una “dragonne” es una cincha pasada alrededor del cuello o de la muñeca y unida a un objeto, destinada a evitar que se pierda si se suelta, y añade, el nombre viene de las unidades de Caballería de Dragones, en las que sus miembros combatían principalmente con carabinas o pistolas, y accesoriamente, con el sable.  Para poder hacer fuego manteniendo el sable desenvainado, lo tenían unido a la muñeca por una correa.

Esta “dragona” (que no dragonera) es sin duda el origen de la intrusión idiomática que hoy nos ocupa, ampliamente extendida en nuestro país de la mano de la marcha nórdica.
Sin embargo, tanto en el Ejército como fuera de él, se ha utilizado siempre, en España, la palabra fiador, en lugar de dragona o dragonera.  Así, la acepción 3ª del diccionario de la RAE para fiador, reza: Cordón que llevan algunos objetos para impedir que se caigan o pierdan al usarlos; p.j.,; el que lleva el sable en su empuñadura para rodearlo a la mano y a la muñeca… Tan sólo hay un lugar del citado diccionario dónde aparece la voz “dragona” (no dragonera), que en su 11ª acepción dice: en Chile, fiador de la espada.

Luego, queridos amigos del mundo de la marcha nórdica, aclarado queda el asunto.  Queda, asimismo, a vuestro entero albedrío el utilizar o no el referido palabro, pero en la sabiduría de lo que es correcto y por qué.

Una vez más, lo importante no es todo esto, sino que saquéis vuestros bastones de ese horrible paragüero dónde los habéis confinado, para disfrutar con ellos.


 ¡Sus y a ellos!

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